Una vez escuché esta historia, que quiero compartir con ustedes, un buen día estaba un grupo de chicos con su maestro japonés, frente a la orilla de un río, la misión era tirar una piedra y pasarla al otro lado, pero ninguno de los jóvenes lo lograba, su maestro aguardaba sentado, después de varias horas el maestro se pone de pie, lanza una piedra y en el primer intento llega al otro lado del río, los jóvenes sorprendidos le preguntan – maestro cómo lo lograste llevamos horas intentándolo. A lo que el maestro respondió, es muy fácil, ustedes están apuntando al otro lado del río, yo estoy apuntando a las estrellas, así que pasarla del otro lado del río es súper fácil para mí, porque mi esfuerzo es mayor ya que quiero tocar las estrellas.
Nuestro
camino en la vida es así, depende a donde apuntemos así va a ser nuestro
esfuerzo, disciplina y perseverancia, tres aspectos básicos para alcanzar todo
lo que soñamos. Apunta siempre bien
alto, no te pongas metas y sueños, pensando en tus recursos o en tus capacidades, sueña en grande piensa más alto de lo que crees que “serias capaz”,
te sorprenderás de lo que puedes llegar a lograr. No te subestimes, créeme hay
algo más en ti de lo que imaginas.
Dios
no es tan “cruel” para ponernos sueños que no podamos alcanzar, y si Él puso un
sueño en tu corazón, es porque te dio la capacidad para lograrlo, solo tienes
que encontrar dentro ti la información correcta, la respuesta a la pregunta
para qué fui diseñado (a), y solo hablando con tu creador podrás tener esa
respuesta, y entonces los sueños que llevas dentro van a tomar fuerza, y una vez
que eso ocurra, el recurso va a llegar.
Las
personas que han alcanzado grandes cosas en la vida, no apuntaron al otro lado
del río, sin lugar a dudas apuntar a las estrellas, vence el miedo, apunta
lejos, y entonces verás tus sueños realizarse.
Dra. Nathaly Dután
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