Nuestras vida se compone de pequeñas grandes decisiones, desde que nos despertamos decidimos qué ropa usaremos, que vamos a desayunar, si tomamos bus, taxi o vamos a caminar, incluso hasta tenemos el poder de decidir con qué pie iniciaremos el día, pero ojala todas las decisiones fueran así de sencillas, a lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a decisiones que cambian el rumbo de nuestra historia, tenemos que decidir por la carrera que vamos a cursar, si tenemos o no hijos, si nos vamos a casar o no, si vamos a vivir solos o nos quedamos en casa de nuestros padres, en fin todas las decisiones que tomemos marcaran nuestra historia, ya sea que nos guiemos por nuestros sueños o vayamos a cumplir el sueño de otros.
Las decisiones
importantes en la vida jamás van a
ser fáciles de
elegir, siempre el temor nos va a invadir, el miedo a lo incierto, el miedo a
equivocarse, el miedo a “defraudar” a los demás, el miedo a no satisfacer
las necesidades de los otros con respecto a nuestra propia vida, y me pregunto, ¿realmente queremos vivir nuestra vida? o vamos a vivirla a través de
los ojos de los demás, será que hay que pagar un precio si decidimos vivir
sin satisfacer las expectativas de nadie, más que las nuestras, Chavela Vargas
dijo “el precio de la libertad es la soledad”, sería esto cierto, y si fuera
así, ¿valdría la pena pagar ese precio?, me pregunto por qué hay
que pagar tal precio por la libertad, porque nos cuesta tanto tolerar a quien
es diferente, porque criticamos lo que no entendemos, porque nuestra
necesidad de etiquetarlo todo, de marcar parámetros “normales”, por que
criticar a aquel o aquella que decidió romper la norma y ser feliz, será porque
en el fondo desearíamos hacerlo pero no tuvimos las agallas.
Solo se una cosa y es
que el tiempo pasa, y en nuestras manos está tomar las decisiones que
marcarán nuestro destino, el rumbo que le demos a nuestra vida depende de lo
que decidamos hoy, nuestros abuelos y padres ya vivieron su vida,
escribieron su propio libro, ahora nos corresponde a nosotros escribir el
nuestro, y no hay que tener miedo a ser egoísta, elegir nuestro propio destino
no está ligado a no amar, a no ser solidario, o no respetar, está
ligado a vivir en libertad, a protagonizar nuestra propia vida, nunca es tarde
no importa la edad que tengas, siempre puedes emprender un nuevo viaje,
aprovecha este inicio de año, si no te gusta el rumbo que llevabas bájate
de ese avión y aborda otro, no importa si hay turbulencia, o tienes
miedo al destino que vas a llegar, la vida es una, es mejor vivir con él “me
equivoque y me levante” a con el “si lo hubiera hecho”, solo te pido que
cierres tus ojos y mires más allá de tu nariz, visualízate realizando eso que
has soñado, no te imagines el cómo lo harás, solo mírate ahí haciendo
eso que deseas tanto hacer, créeme si logras visualizarlo en tu
interior tu corazón hallará la forma de llegar hasta ahí y de conseguirlo. Sólo vence el miedo, muchas aventuras te esperan, y no hay nada de malo en
equivocarse y empezar de nuevo.
Feliz Año Nuevo...!!
Dra. Nathaly Dután
Psicóloga
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